A Queralt por la umbría

 La riera de Metge desarrolló un papel clave en la industrialización de Berga durante los siglos XVIII y XIX. Aunque hay referencias en los documentos de la existencia de molinos desde la Edad Media, el auge comenzó cuando se desvió parte del caudal de la riera por el centro de la ciudad y se aprovechó el fuerte desnivel para instalar fábricas y molinos que utilizaban la energía del agua (substituida más adelante con electricidad) para mover sus máquinas.

La primera parte de esta ruta permite apreciar el tramo superior de este aprovechamiento industrial; la segunda parte se adentra en las primeras estribaciones de la sierra de Queralt.

 Descripción

Desde la plaza Sant Francesc, al norte, se encuentra el PR C-73. Por la calle de subida, a mano derecha, veréis Cal Corneta. Este edificio fue construido como fábrica textil a finales del siglo XIX sobre el solar de un antiguo molino y funcionó hasta los años 50. Ahora se utiliza como vivienda.

Más adelante veréis la fábrica del señor Andreu Ros. Constituye la parte superior de la hilera de casas (barrio de Pinsania). Sus inicios se remontan a 1821 (fecha de escritura de la compra), pero hay menciones de molinos (molinos de Boixader) que datan del siglo XV. Se utilizó principalmente para hilatura y el cardado de algodón. Aún se percibe la actividad industrial en alguno de los bajos.

Al llegar al número 16 de la calle, veréis una cara tallada en la piedra, era el signo utilizado a finales del siglo XIX y principios del XX para indicar la presencia de un prostíbulo.

Justo antes de llegar a la carretera de Sant Llorenç, junto a un tubo que transporta lo que queda de la riera después de las captaciones de agua potable, veréis una estructura que parece un refuerzo de la pared de la carretera. Son los restos del acueducto que llevaba el agua al molino del Alon que se encuentra enfrente, hoy desaparecido y substituido por una casa.

Al otro lado de la carretera se ve un descampado con restos de una edificación. Es todo lo que queda de Cal Patata, una importante fábrica textil que fue quemada durante la Guerra Civil, en la retirada de 1939. Hay documentos desde 1632 que hablan de la existencia de un aserradero de madera antes de la construcción de la fábrica.

La marcas del PR cruzan la carretera y toman el atajo de Queralt, pero se desvían hacia la izquierda después del oratorio. Vosotros debéis seguir subiendo por la estrecha carretera siguiendo las marcas amarillas de la red de senderos comarcal. El siguiente edificio que encontraréis es la fábrica de la Franquesa. Actualmente son viviendas medio abandonadas. Fue una fábrica textil desde 1881 hasta su abandono como industria durante la Guerra Civil.

Un poco más arriba, veréis una especie de puente que fue el acueducto y el salto de agua para la fábrica Lluís Ne. El solar vacío de la derecha de la carretera constituye parte del emplazamiento de la fábrica, aunque en su día fue un edifico mucho mayor que llegaba más allá del acueducto. Debajo, se ve la presa de la fábrica del Franquesa. Esta fábrica, que fue construida en la segunda mitad del siglo XIX, funcionó como fábrica textil hasta que también fue quemada durante la Guerra Civil. Finalmente fue demolida en 1986 por peligro de hundimiento. El actual aparcamiento del Hotel Alva ocupa el lugar de la antigua alberca de la fábrica.

En seguida veréis la antigua fábrica del Garrigà, un edificio imponente, medio en ruinas, al otro lado de la Riera. Fue construida a finales del siglo XIX como fábrica textil y quemada como tantas otras industrias en 1939, pero fue restaurada y siguió funcionando hasta 1950. La casa de debajo es el molino de Baró, actualmente vivienda pero antiguamente molino de harina que se menciona desde 1791.

Cien metros más adelante del restaurante Sant Marc, hay un camino a la derecha que lleva a unas ruinas, es el molino del Guix del que aún se ve la salida del agua. Quedó inactivo con la construcción del Garrigà, ya que la fábrica construyó un nuevo canal que lo dejó sin agua. Era un molino de cemento y yeso.

Llegaréis a la carretera de Queralt y veréis el último edificio de la riera que fue el molino del Bofarull, hoy Hostal del Guiu. Desde finales del siglo XIX, trabajó como molino de cemento y pequeña central eléctrica hasta que fue reformado como hostal en 1949. Desde la carretera aún se ve el canal y la presa.

A partir de aquí el paisaje será el protagonista. Las marcas marchan hacia la izquierda por un pequeño camino. Si queréis agua, un poco más arriba se ve un pequeño puente que cruza la riera y una fuente: es la fuente de Mossèn Guiu. Es un lugar muy agradable para descansar y refrescarse. Desde la fuente sale un camino hacia la izquierda que enlaza con el camino marcado.

Saldréis a la carretera de Queralt frente a la ermita de la Sagrada Familia. Cruzad la carretera para pasar junto a la ermita y volvedla a cruzar para subir por el bosque justo hasta encima de la primera curva. Volveréis a cruzar la carretera y subiréis por un sendero hasta llegar al camino asfaltado de el Alou; lo seguiréis hacia la derecha y pronto lo dejaréis tomando un sendero a mano izquierda. Os empezaréis a dentrar en la umbría de Queralt hasta que llegaréis a la carretera ya casi arriba del santuario. Tomad la carretera hacia la izquierda para llegar al parking de Queralt y a las escaleras que os llevaran hasta la explanada del santuario.

Podéis aprovechar para visitar la iglesia, la cueva de la Troballa y los miradores. Las vistas son impresionantes y, si el tiempo acompaña, veréis volar los parapentes frente a la sierra. También hay una fuente para llenar la cantimplora. Actualmente sólo hay servicio de bar, pero existe un ambicioso proyecto para restaurar el edificio con un hotel y un nuevo restaurante.

Para volver a Berga tendréis que seguir las marcas amarillas y blancas del PR C-73, hasta la plaza Sant Francesc. Este camino de bajada es conocido como el atajo de Queralt donde, bajando, encontraréis las capillas de la Virgen de los Dolores, de San Jaime y de San Jacinto. Vale la pena hacer el descenso tranquilamente y disfrutar de las panorámicas. Sobre todo en la última línea de cresta, pasada la urbanización, hay unas interesantes perspectivas del Estret y del Hostal del Guiu