Cal Rosal
El espacio ocupado por la Colonia Rosal queda repartido entre los municipios de Berga, Avià y Olvan. La colonia queda situada entre Gironella y Berga, 4 km al sud de la capital berguedana.
La historia de la colonia Rosal comienza el año 1858, cuando los hermanos Rosal –que ya tenían experiencia en el mundo del textil- comprarán unos terrenos baldíos, a tocar del río Llobregat, para instalar una fábrica que aprovechase el agua del río como fuente de energía.
El 25 de mayo de 1859 los Rosal presentaron el proyecto de construcción de una esclusa, un canal de derivación de el agua y una fábrica y el año siguiente el edificio fabril ya funcionaba. El año 1874 la fábrica ya estaba plenamente consolidada y los Rosal solicitaron la concesión de poder utilizar más agua y, así, augmentar la producción. Este paso adelante implicó la construcción de una nueva esclusa.
Con la obtención de más energía, sin embargo, no había suficiente para que la máquina funcionase. No podemos olvidar el papel de los trabajadores, que a finales del siglo XIX y a principios del siglo XX hacían jornadas laborales de doce 8º más) horas diarias, seis días a la semana.
Hace cien años, la recompensa por tanto esfuerzo y sacrificio no estaba estipulada para ningún convenio ni legalidad de obligatorio cumplimiento; era el dueño quien decidía qué pagaba a sus trabajadores: por ejemplo, el año 1904, dependiendo de la edad, el sexo y el oficio, los obreros de Cal Rosal cobraban entre 7,5 y 21 pesetas por semana.
La fábrica- el elemento central de la colonia- estaba formada por las secciones de hilatura, tisaje, acabados y tinte y llegaron a trabajar más de mil personas. Cal Rosal fue la colonia industrial del Berguedà que contó con más trabajadores. La creciente importancia de la fábrica comportó, a la vez, el crecimiento de la colonia, primero alrededor del espacio fabril y, posteriormente, al otro lado de la carretera de Berga. La colonia, paso a paso, se fue ampliando y se construyeron diferentes edificios y servicios: la iglesia, el convento, el cine, el teatro, el 1887 llegó el tren, etc.
Después de los años más duros de la postguerra- cuando las restricciones obligaron a los Rosal a hacer uso de la maquina de vapor-, la empresa vivió la etapa más productiva de su historia. Entre los años 1950 y 1970 a la fábrica trabajaban 1.200 personas, la mayoría de las cuales vivían en la colonia. A partir de los años setenta la plantilla se fue reduciendo y la población de la colonia también.
La crisis del sector textil se agudiza durante los años ochenta. Finalmente, la fábrica de Cal Rosal cierra puertas el año 199, después de un intento de mantener viva la producción a través de la cooperativa “Bergaolvan”. El final de la actividad productiva a Cal Rosal provoca una fuerte conmoción a la comarca; fue la evidencia definitiva que la industria textil- uno de los pilares tradicionales, juntamente con la minería, de la economía berguedana- se desmoronaba.
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