Mucha gente conoce el Pedraforca y muchos también conocen la sierra de Ensija, pero lo que hay entremedio es mucho menos conocido. Esta ruta circular es una oportunidad de conocer un territorio muy interesante, con mucha historia, que tiene su punto culminante en el Parque de aventura de la Pleta de la Vila y el poblado medieval de Palomera.
Saliendo del pueblo de Saldes, hay que cruzar la carretera y emprender un camino que baja hacia el río. Primero bajamos en medio de campos con alguna vista de las instalaciones de las minas de Saldes, cerradas no hace mucho tiempo. Al otro lado, el bosque se impone y, a medida que vamos subiendo, el camino va ganando categoría, con un trazado bien definido que pasa entre esporádicos campos delimitados por paredes. Se llega a la pequeña casa de Mas Fred (su nombre, “frío”, lo dice todo) y después a una pequeña carretera. Cuando se construyeron las primeras carreteras en esta zona, hacia los años 40 del siglo pasado, hubo una bifurcación en Maçaners. Una de ellas marchaba hacia Saldes y la otra, esta carretera, continuaba por la zona umbrosa hacia Gósol. De ahí su nombre actual: carretera de l'Obaga (“umbría”).
Cruzamos esta carretera y volvemos a entrar entre campos de cultivo abandonados. Después de un tramo de pista, iniciamos un camino que sube directamente hacia el sur. Era un camino que servía para subir ganado, sobre todo ovejas, hacia los pastos. Hay dos pistas que nos delatan su identidad: primero, su amplitud y, segundo, las hileras de piedras a cada lado para evitar que los animales entrasen en los campos. A nuestra espalda, unas vistas privilegiadas del Pedraforca y, detrás, el Cadí. La ruta cruza una pista, pasa por debajo de una línea de alta tensión y continúa hacia el sur. Se vuelven a encontrar indicios de campos y entramos en un bosque joven. Después de la última subida, entramos en una gran planicie con unas extensas terrazas -signo inequívoco de haber sido zona de cultivos-: es el Pla de l'Espinal. Aunque queden alejadas de la ruta, en el extremo este de la planicie, se encuentran las ruinas de unos corrales que servían para guardar ganado. Esta simultaneidad de usos nos lleva a pensar que no se cultivaba cada año -¡estamos a 1.400 metros de altitud y en cara norte!- Después de un año de cultivo, probablemente se dejaba descansar la tierra durante unos años y se dejaba pastar las ovejas para que abonasen la tierra con sus excrementos.
La ruta emprende pistas forestales y atajos hasta enlazar con una de las rutas de naturaleza de Palomera. La pista cruza un barranco y continúa con una suave subida. Entramos en una zona plana: a la derecha, unas piedras indican unas estructuras que son las ruinas de otros corrales y una barraca, ya de cierta antigüedad; a la izquierda, algunos campos. Nuevamente podemos apreciar esta simultaneidad de usos, pero a una escala más pequeña.
Al final de la pista, sube un nuevo camino con fuerte pendiente. Es parte de la misma ruta de la naturaleza. Llegamos a otra planicie con un magnífico mirador hacia las sierras del norte, incluido el Pedraforca. El camino pasa junto a los restos de una barraca, se trata de otra pequeña zona de cultivo. El camino, finalmente, llega a arriba, giramos a la izquierda por el camino balizado en medio del bosque y, en 10 minutos, estamos en la Pleta de la Vila.
Como su nombre indica (pleta significa “redil”), su uso tradicional ha sido el de reunir el ganado. Había un refugio de pastores y extensos corrales. Hoy, una parte se dedica a un uso más lúdico: un parque de aventura, abierto de Semana Santa a mediados de octubre, y un pequeño bar. Para ir a la zona de Palomera, hay que seguir un indicador a la izquierda de la Pleta de la Vila. Primero el camino planea y aparecen paredes a nuestra izquierda, también rediles, mucho más antiguos. Al otros lado del barranco, se ve la roca de Palomera, con unas estructuras de evidente facción medieval. El camino baja hasta el pie de Palomera y un caminNotao algo perdedor sube hasta el poblado. Si subís, por favor, ¡respetad las piedras! A la derecha se ofrece un estrecho barranco con unas pequeñas cuevas que se han aprovechado, construyendo pequeños muros, presumiblemente también para albergar animales. Para continuar la ruta, hay que volver a subir a la Pleta de la Vila.
Reanudamos la ruta pasando por detrás de los corrales de la misma Pleta y, frente a otro mirador, iniciamos el descenso con las características “eses” de un camino antiguo. Todavía seguimos la ruta de la naturaleza. Entramos en una pista y cruzamos el torrente por un divertido puente colgante de reciente construcción. Al acabar la pista, se inicia el camino que entra en la zona de los estrechos. Es, quizá, la parte más emblemática de la ruta. Entramos en una zona de bloques y piedras de extrañas formas. A la derecha, se ve un auténtico caos de rocas. Pasamos hacia una roca en forma de dedo y la ruta gira a la izquierda. No obstante, si vamos por la derecha por un camino más precario, llegaremos a otro mirador, con magníficas vistas del Pedraforca y del Moixeró. Continuando el descenso hacia la izquierda, volvemos a enlazar con la ruta. Más abajo, si miramos al suelo, parece como que hubiesen aprovechado las piedras sueltas para empedrar el camino y darle mayor solidez. También vemos caminos paralelos que se van entrelazando, otro signo de camino ganadero.
Las marcas de la ruta de la naturaleza continúan por la izquierda pero nuestra ruta sigue por la derecha. Continúa llana por el bosque. Intuimos el caos de bloques a nuestra derecha. Finalmente, comenzamos a ver campos y el camino entra en una pista. Debajo, las ruinas de otro corral y, poco después, un poste indicador señala la fuente del Bullidor, que brota de las rocas, y donde podremos llenar las cantimploras si nos hace falta. A partir de aquí, la pista va bajando hasta enlazar con la carretera de l'Obaga que seguiremos hacia la izquierda para retornar al Mas Fred y deshacer el camino hecho al principio hasta Saldes.
Nota: Si no se quiere repetir el cruce del río Saldes y la subida al pueblo, podéis coger la carretera de l'Obaga después de pasar por Maçaners y aparcar el coche en cualquier lugar con espacio suficiente entre el punto de bajada y el punto de subida de la ruta.
Número de ruta: 23
Población: Saldes
Tipo: Fácil
Punto de inicio: Saldes
Punto de final: Saldes
Distancia: 11 km.
Tiempo aproximado: 3,5 h.
Altitud maxima: 1596 m.
Desnivel acumulado: 575 m.
Señalización: marcas amarillas (red de senderos)
Cartografia: 45-Parc Natural del Cadí-Moixeró W. 1:25.000. Institut Cartogràfic i Geològic de Catalunya Serra del Cadí - Pedraforca 1:25.000. Ed. Alpina
Ruta recomendada por: Hostal Pedraforca / Parc d'Aventura del Pedraforca
Bibliografia: Inventari de Patrimoni: patrimonicultural.diba.cat
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